Un año más, y ya es el sexto, el GEV se aventuraba en un nuevo Campamento con los más jóvenes de la Escuela de Espeleo, que aún no sabían de que iba esto, y con otros más mayores que ya habían participado años atrás. Como se mencionaba en la noticia previa de última hora, la dirección del evento corrió a cargo de nuestros compañeros Fátima y Jesús, coliderados durante el fin de semana por nuestro presidente Toni y por nuestro pilar fundamental Antonio.
La aventura comenzó el viernes 10 de agosto, dos coches y un remolque cargados “hasta la bola” llegaban al Camping de Montillana (Hornos de Segura) para instalar durante toda la mañana el campamento base para los próximos seis días. Esa misma tarde, tres compañeros partían hacia la Sima de la Fractura 2 para completar un estudio bioespeleológico que se estaba llevando a cabo durante meses atrás.
Ya el sábado, las salidas fueron varias, una de ellas a la Sima del Campamento para continuar con estudios de bioespeleo que tendrán una repercusión internacional en breve, y al mismo tiempo, los jóvenes de la Escuela visitaban la Sima del Órgano, mítica cavidad del Club, donde pudieron hacerse algunas fotografías y donde Manuel recibía su “cumpleaños feliz” mientras atravesaba una tirolina de 20 metros. Por la tarde pudimos saborear la tarta y prepararnos para el “día D”.
Llegó el “Día D”, de domingo, y la exploración se centró en el Sistema de la Murcielaguina (de más de 3.000 metros de desarrollo y aún en exploración), dividiendo a todo el equipo en tres grupos para visitar las distintas bellezas que nos deja esta increíble cavidad: las Vías Escondidas, las Vías Karpin y las Vías de la Escuela.
Tras llegar al campamento a la hora de comer, muchos padres de los chavales se acercaron por allí de visita y algunos nos reequiparon con comida, que nunca viene mal.
Tras tres días a piñón, llenos de mucha diversión (cuevas, gymkana, videoconsola, micros, juegos, bromas nocturnas, piscina…un libro podríamos hacer), llegó la ruta de senderismo por la Hoya de Herrera (un paraje del término de Hornos), famosa por las numerosas cavidades concentradas en tan poca superficie de terreno, visitando así todas las entradas de muchas cavidades que el Club tiene catalogadas, y entrando a la Sima del Laberinto a disfrutar del fresquito a modo de descanso. Esa misma tarde y como es habitual, una tarta de “la Mari” fue literalmente engullida por los zampones del Campamento, que otra cosa puede que no, pero comer dulce sí que les gusta, y más a Tomás y a Fátima que tras ver como iba desapareciendo el pastel, lanzaron sus manos sobre éste y nos dejaron a los demás K.O. en milésimas de segundo.
Ya el martes, quinto día previsto, cuatro compañeros volvían a la Sima del Laberinto a muestrear bioespeleológicamente la cavidad para una futura salida. Conforme pasaban las horas, se aprovechaba más el tiempo sabiendo que pronto llegaría el fin del Campamento.
Por último, el sexto día, miércoles, hora de desinstalar la zona de acampada, disfrutar de los últimos baños en la piscina, cargar todo a los vehículos y partir hacia Villacarrillo con la ilusión y las ganas por parte de todos de volver el año que viene a disfrutar nuevamente del mejor Campamento GEV de los seis que se han celebrado.
Los chicos y chicas participantes se quedaron con las ganas de aguantar allí días y días y días…
Te has quedado corto.... fué mucho mejor, y lo más importante... que toda la peña se lo pasó bomba.... hemos consolidado este campamento que empezó a modo de entretenimiento, y ahora además se cumplen objetivos multidisciplinares de nuestra actividad espeleológica. He tenido el placer de volver a acompañaros un años más durante casi tres días y como dije en la cueva de los Chorros hace años: He prometido volver.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo a todos/as de vuestro director-entrenador antonio.